Hoy mis queridos lectores quiero hacer una de mis reflexiones, pero antes que nada os voy a dar una gran noticia, tras casi un mes entero en el servicio técnico, ya me han llamado! Ya está reparado el objetivo de mi réflex! A si que en nada ya me tendréis otra vez enseñándoos mis outfits!! No sabéis que ganas tengo de ponerme ante el objetivo!
Bueno, vamos a hablar sobre los bolsos, ¿Qué sería de un buen fashionista que se precie sin él? Nada! Lo mismo que ir desnudos! La de cosas y cosas que podemos almacenar ahí! Porque aparte de ser un complemento más de nuestros looks, son nuestros grandes aliados, ¿Quien de vosotras no ha llevado ahí nunca unas manoletinas de repuesto por si los tacones os traicionaban?
También tengo una teoría y espero que me respaldéis, vamos, ni Einstein hubiese llegado a semejantes conclusiones!
“El tamaño de tu bolso, es directamente proporcional a la mierda que metas dentro”
Es decir, cuanto más grande es tu bolso, más porquería y cosas inútiles vas paseando por toda la ciudad, en cambio cuanto más pequeño sea, aprendes a prescindir de cosas que realmente lo único que hacen es hacerte cargar peso. A mí me pasó, hice un cambio de bolso hace ya tiempo, de uno medianito tirando a grande, a otro más pequeño, al principio me sentía perdido, como si no llevase bolso, no podía meter todo el contenido del viejo al nuevo, pero enseguida prioricé y ahora cuando cojo uno más grande, me queda bastante vacio…
Otra cosa muy curiosa de los bolsos es el caos que tenemos ahí dentro, si, hay que admitirlo, es un p*** caos! No me extraña que muchos hombres nada familiarizados con los bolsos teman meter la mano ahí dentro, ya sea por lo que puedan encontrar, no vaya a ser que les muerda la mano, o porque un agujero negro les absorba y los lleve a una dimensión desconocida dónde los perros pasean a sus dueños, los bocadillos intentan comernos, y la alta costura se vende en mercadillos…
Pero lo que de verdad les asombra es el orden que tenemos dentro de nuestro desorden, valga la redundancia, mientras que ellos tardarían milenos en hallar un paquete de kleenex, nosotros necesitamos una pequeña fracción de una milésima de segundo para encontrarlos, y eso que podemos guardar de lo más normales, un paquete de kleenex, protector labial, gafas de sol, un libro, tiritas, compeed ampollas del Niño Jesús, limas para las uñas que parecen machetes, las llaves del tanque… lo típico vamos…
Yo no sé vosotros… pero a mí me cuesta muchísimo encontrar un bolso que me guste y se adapte a mí, yo no puedo llevar un bolso cualquiera, no sé, o no me gustan o los adoro, y por suerte o por desgracia, me cuesta encontrar uno que me encante, a si que en cuanto me enamoro de alguno… tiene que ser mío, ya que se desencadena un proceso obsesivo compulsivo muy muy muy malo…
¿Y vosotros, que opináis de los bolsos, os cuesta tanto como a mi decantaros por uno, respaldáis mi teoría de la relatividad?
